La luz ultravioleta B (UV-B) solar es fundamental para la síntesis de vitamina D, la cual juega un papel importante en el sistema nervioso, muscular e inmunitario y ayuda al cuerpo a absorber el calcio, uno de los principales componentes de los huesos. De ahí la importancia de tomar el sol, pero con moderación, puesto que la evidencia científica actual también sugiere que, además de la ya reconocida asociación entre el sol y enfermedades como el cáncer de piel, pueden existir otras enfermedades cuya aparición se vea favorecida por la exposición a la luz solar, como es el caso de las enfermedades autoinmunes.
La radiación UV puede alterar la expresión de las células inflamatorias y aumentar la dificultad para tratar las infecciones, así como, estar asociada al aumento en la expresión clínica de afecciones caracterizadas por fotosensibilidad, como erupciones cutáneas.
Los efectos adversos de una serie de enfermedades autoinmunes parecen estar potenciados por la exposición a la luz solar, de manera que esta puede desempeñar un papel importante en el inicio de la dermatomiositis y en los pacientes con lupus eritematoso sistémico (LES). En este sentido, diversos estudios han demostrado que el uso de protectores solares por parte de pacientes con lupus reduce la afectación renal, así como la trombocitopenia y las hospitalizaciones, lo que sugiere que la atenuación de la exposición a UV-B reduce la severidad de la enfermedad.
También conviene recordar que algunos medicamentos pueden incluir como efecto adverso lesión en la piel al estar contacto de forma directa y prolongada con la luz solar. Dentro de los tratamientos que pueden empeorar la fotosensibilidad se encuentran algunos de los empleados para pacientes con enfermedades reumáticas, como son todos los derivados de los salicilatos, el metotrexato, el dolquine y las tiacidas, fármacos con los cuales se deben tomar precauciones especiales respecto a la exposición al sol.
Por todo lo expuesto anteriormente, desde la Sociedad Española de Reumatología, con ayuda de la Dra. Fabiola Ojeda, se ha elaborado una lista de precauciones que deberían tomar los pacientes con enfermedades reumáticas a la hora de exponerse al sol. Consejos que, según la reumatóloga, “son igual de válidos para toda la familia, porque el uso y abuso del sol puede tener consecuencias negativas en la salud en general”.
- Uso de sombrero o gorra.
- Uso de gafas de sol.
- Si estas al aire libre, uso de camisetas frescas que protejan extremidades superiores y zona de escote.
- Uso de crema solar con protección 50+ en áreas expuestas. Esta se deberá aplicar, al menos, cada dos horas y es importante no olvidarse de la zona de cuello y orejas.
- Abundante consumo de líquidos, preferiblemente agua libre de azúcar.
- Regular el consumo de alcohol.
- Aumentar el consumo de frutas con abundante contenido en agua.
- Limitar el tiempo de exposición y evitar las horas con mayor incidencia de rayos solares.
- Evitar las cámaras de bronceado.
- Consultar con su reumatólogo si alguno de los fármacos que está tomando puede tener efectos adversos, como lesiones en la piel, al verse influido por la exposición solar.