Los días 17 y 18 de septiembre se ha celebrado el “X Curso SER Reumatopics 2021”, con la colaboración de Menarini.
Las personas que padecen gota pueden sufrir episodios de dolor intenso articular que frecuentemente les impide dormir, caminar o hacer sus actividades durante unos días. Dichos ataques se producen por tener el ácido úrico elevado, lo que lleva a la formación de cristales en las articulaciones. “Afortunadamente, estos episodios son bastante esporádicos durante muchas fases de la enfermedad, estando entre ellos más o menos asintomáticos, de manera que solo cuando la elevación del ácido úrico se mantiene en el tiempo y no se trata adecuadamente pueden aparecer ataques muy frecuentes o incluso dolor crónico”, asegura el Dr. Mariano Andrés Collado, reumatólogo en Hospital General Universitario de Alicante, durante su participación en el “X Curso SER Reumatopics” que se ha celebrado del 17 al 18 de septiembre en Barcelona, con la colaboración de Menarini.
El Dr. Andrés advierte que “las personas que tienen gota pueden presentar peor calidad de vida y una supervivencia reducida en comparación con la población general, debido a problemas vasculares y renales”, además, la hipertensión arterial y la hipercolesterolemia también son muy habituales en estos pacientes.
Son múltiples los estudios que confirman que padecer gota aumenta de forma directa el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares (infarto de miocardio, ictus, insuficiencia cardíaca, etc.), incrementándose un 30% el riesgo de fallecer por causa cardiovascular solo por padecer gota. Así mismo, esta patología aumenta el riesgo de ictus tanto como la diabetes. “Esto se debe a múltiples factores relacionados con el efecto directo de los niveles altos de ácido úrico, la inflamación que generan los cristales formados en las articulaciones, o la toma frecuente de antiinflamatorios (por ejemplo, diclofenaco) para los ataques. Mecanismos similares también explicarían la comorbilidad renal”, explica el especialista de Reumatología, a la vez que recuerda que “resulta sencillo reducir el riesgo siempre que los pacientes con gota sean constantes en la toma de los medicamentos recomendados por su reumatólogo y sigan una vida sana en la que mantengan una dieta mediterránea, controlen el peso corporal y realicen deporte de forma regular”.
En cuanto a la dieta en la gota, el Dr. Andrés insiste en que “el objetivo no debe ser evitar la toma de alimentos ricos en purinas, como popularmente se recomienda, sino conseguir un beneficio cardiovascular, por lo que debe basarse esencialmente en frutas, verduras, legumbres, pescado azul, en menor medida carnes blancas, y todo regado con aceite de oliva”, también recuerda que “el tomate resulta muy adecuado para quien padece gota”.
Sobre el X Curso SER Reumatopics 2021
Durante el encuentro formativo se ha hecho una revisión sobre los principales avances que ha vivido la especialidad de Reumatología en este último año, en el que “se ha avanzado en el desarrollo de nuevos fármacos para el tratamiento de distintas enfermedades y en la consecución de nuevas indicaciones para algunos de ellos, como la indicación de belimumab en nefritis lúpica, de guselkumab en el tratamiento de los pacientes con artritis psoriásica o la indicación de upadacitinib en la artritis reumatoide”, ha resumido la Dra. Vanesa Calvo del Río, reumatóloga en el Hospital Marqués de Valdecilla y coordinadora del curso junto a la Dra. Isabel Castrejón, reumatóloga en el Hospital General Universitario Gregorio Marañón.
La Dra. Castrejón ha destacado el alto nivel del X Curso SER Reumatopics, que se ha celebrado con la colaboración de Menarini, ya que ha contado con un programa novedoso y ponentes de gran nivel tanto nacional como internacional. Asimismo, ha considerado que en el último año la pandemia ha dificultado, pero no frenado, el avance en investigación en Reumatología. “Muchos estudios han seguido adelante y han aportado resultados innovadores. Además, se han publicado estudios de gran interés sobre COVID19 en pacientes con patología reumática que nos ayudan a conocer mejor el efecto del virus en nuestros pacientes y a conocer riesgos y beneficios de los tratamientos y en nuevas herramientas de asistencia a través de la telemedicina”.
“Tampoco hay que olvidar que en este tiempo se han publicado guías importantes para el manejo de los pacientes, como la del Colegio Americano de Reumatología sobre las recomendaciones de tratamiento de las vasculitis sistémicas, o la actualización de la Guía Práctica de Gota de la Sociedad Española de Reumatología. Además del desarrollo de nuevas guías de vacunación”, ha apuntado la Dra. Calvo.
Guía de Práctica Clínica para el Manejo de Pacientes con Gota (GuipClinGot)
La inclusión del papel de los profesionales de Enfermería o la opinión de los pacientes son algunas de las novedades que se han introducido en la actualización de la Guía de Práctica Clínica de la SER para el Manejo de pacientes con gota en cualquier nivel sanitario.
“La Guía de Práctica Clínica de la SER, actualizada en 2020, recuerda que en todo paciente con gota se debe alcanzar un nivel de urato en sangre menor a 6mg/dL. Estos niveles permiten que los cristales se disuelvan y, a la larga, desaparezcan de las articulaciones. Cuando ya no hay cristales en las articulaciones, la gota se puede considerar curada. Además, por primera vez recomienda ser más exigentes en el objetivo (urato menor a 5mg/dL) en pacientes con gota grave, ya que los cristales desaparecen más rápidamente”, ha recordado la Dra. Francisca Sivera Mascaró, reumatóloga del Hospital Universitario de Elda, durante su ponencia.
La Dra. Sivera también ha subrayado que se han establecido preferencias para la primera línea de tratamiento y se han incorporado nuevos datos de seguridad cardiovascular de los tratamientos hipouricemiantes. Además de “recoger por primera vez la ecografía, como método para detectar los cristales de urato en las articulaciones, ya que utilizarla en el seguimiento permite valorar mejor la respuesta del paciente al tratamiento”, ha señalado la especialista, para quien todavía queda trabajo por hacer e investigar. “Por ejemplo, tenemos pendiente desarrollar estudios que comparen estrategias de tratamiento, sobre todo a largo plazo, y nos permitan determinar el mejor medicamento (o combinación de medicamentos) en cada escenario, así como el objetivo de tratamiento que debemos elegir en cada paciente”, ha destacado la Dra. Sivera.