Los tratamientos aplicados en el proceso de transición y afirmación de género que reciben las personas transgénero podrían afectar a la manifestación de las enfermedades reumáticas. “Las hormonas sexuales pueden modular la respuesta inmune celular y humoral, y en este campo los reumatólogos pueden ofrecer su visión y experiencia que, sin duda, va a contribuir con un efecto positivo en la práctica clínica y en el manejo de enfermedades reumatológicas en estas personas, puesto que hemos observado que en el transcurso del tratamiento pueden aparecer enfermedades reumatológicas autoinmunes, y en algunos casos pueden mejorar o empeorar cuadros reumatológicos previos”, ha asegurado el Dr. Gilberto B. Pérez, del Grupo GIDSEEN (Identidad y diferenciación sexual de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición) y endocrino en el Hospital La Luz Quirón Salud, durante su participación en el XLVI Congreso Nacional de la SER.
Para el endocrino, el hecho de que “los reumatólogos españoles, a través de la SER, hayan puesto en marcha un proyecto de enfermedades reumáticas en la población ‘trans’ es sin duda de máximo interés científico. Una muy buena noticia que pone de manifiesto la importancia del trabajo multidisciplinar en equipo”.
“El Comité Asesor de Transgénero de la Sociedad Española de Reumatología se puso en marcha en 2018, bajo la presidencia del Dr. Juan Gómez-Reino, para intentar dar respuesta a las preguntas que se nos pueden plantear cuando una persona transgénero tiene una enfermedad reumatológica. Cuestiones, por ejemplo, sobre la influencia que algunos tratamientos con estrógenos pudiesen tener en las enfermedades autoinmunes”, recuerda la Dra. Eva Salgado, miembro de este equipo de trabajo de la SER y reumatóloga en el Complexo Universitario Hospitalario de Ourense.
Durante estos dos años, el grupo de reumatólogos ha llevado a cabo una revisión siguiendo una metodología de búsqueda de fuentes bibliográficas, con una scoping review o revisión de alcance. “Se ha utilizado este método, ya que se trata de un campo emergente donde la información no está bien sistematizada. Hay pocos estudios excepto en el ámbito de la osteoporosis. De manera que la información que hemos encontrado en otras patologías es anecdótica, lo que pone de manifiesto las carencias de la bibliografía médica disponible, que, por ejemplo, no recoge si el haber recibido tratamientos hormonales, o el haber sometido a algunas técnicas quirúrgicas, como implantes de silicona, pudiese tener algún impacto en los procesos autoinmunes de su enfermedad”, ha asegurado la Dra. Salgado durante su participación en el Congreso de la SER, al tiempo que ha anunciado que “en este momento se ha finalizado la búsqueda y se está escribiendo un artículo, con el objetivo de compartir esta información”.
La reumatóloga también ha querido dejar claro que, en principio en las personas ‘trans’ no se estaría dando un retraso en el diagnóstico de enfermedades reumáticas con respecto al resto de población, dado que, la condición ‘cis’ (cisgénero, persona que nace con una identidad de género igual a su sexo) o ‘trans’ (transgénero, persona que nace con una identidad de género distinta a su sexo) no influiría en cuanto al diagnóstico.
Transgénero en Medicina
A pesar de que cada vez existe mayor diversidad sexual y de género, en Medicina se siguen estudiando las enfermedades a través del género binario hombre/mujer. Además, “en la mayoría de las consultas se tiende a la presunción de la heterosexualidad, cuando se evalúa el caso clínico de un paciente”, ha lamentado el Dr. Gilberto Pérez, quien a su vez ha puesto de manifiesto que “en el ámbito sanitario existe desconocimiento. Unas veces por el desinterés de los profesionales y en otras ocasiones queda evidente por la confusión de cosas tan fundamentales como identidad y orientación sexual”. El especialista en Endocrinología ha destacado que “el hecho de emplear estos últimos conceptos de manera errónea, a menudo conllevan sufrimiento en la población ‘trans’, haciendo muchas veces que se ejerza de forma involuntaria transfobia”.
Pese a que aún queda mucho por hacer, en los últimos años también ha habido avances significativos en el manejo del transgénero desde el punto de vista sanitario. Los progresos más importantes tienen que ver con la profundización del conocimiento sobre los efectos a corto y largo plazo del tratamiento hormonal cruzado (actualmente denominado tratamiento hormonal de afirmación de género) y su impacto en el riesgo de otras patologías (osteoporosis y fracturas, eventos cardiovasculares mayores, autoinmunidad, trombosis o cáncer).
“Tener en cuenta los riesgos del tratamiento nos permite aplicar programas preventivos y hacer vigilancia activa de las posibles comorbilidades. Por tanto, hemos pasado de considerar a las personas ‘trans’ dentro del campo de la Endocrinología, a entender la atención sanitaria integral de las mismas como Medicina Transgénero, que no es más que la atención multidisciplinar de todos los aspectos bio-psico-sociales de este grupo de personas, siempre desde una visión despatologizante y con el objetivo de mejorar su calidad de vida”, ha asegurado el Dr. Pérez durante su intervención en el Congreso Nacional de la SER, que se está celebrando esta semana de manera on-line.
Transgénero y sociedad
Al margen de los temas científico-médicos, el Dr. Gilberto Pérez ha puesto de manifiesto la necesidad de realizar pedagogía social sobre este asunto. “En la población general hay que insistir en que la transexualidad no es una enfermedad, sino que forma parte de la propia diversidad del ser humano. No se trata de hombres ni mujeres ‘atrapados en cuerpos’, sino de personas que libremente se han autodeterminado en su género sentido. Transexualidad no es sinónimo de homosexualidad, sino que tiene que ver con cómo se ve la persona a sí misma”, ha manifestado el especialista del Grupo GIDSEEN, para quien sería “imprescindible contar con leyes que den derechos y protección al colectivo, que promuevan respeto y empatía social, para derribar las barreras existentes”, puesto que éstas suelen estar en el propio entorno, siendo necesaria la educación y concienciación social en todos los aspectos de la diversidad.
Desde la Sociedad Española de Reumatología, cuando se puso en marcha este proyecto, se pidió a la administración pública la existencia de un registro de género en los informes del paciente y/o en su historia clínica digital (HCE). Algo que los reumatólogos consideran “fundamental”, puesto que la ausencia de esta información puede tener impacto a la hora de evaluar al paciente en la exploración física, e incluso en el momento de prescribir un tratamiento o de realizar un diagnóstico de la enfermedad reumática. “No saber que el paciente ha pasado por un proceso de cambio de género o carecer de la información completa sobre los tratamientos empleados y las intervenciones realizadas durante dicho proceso podría conducir a un tratamiento inadecuado en dicho paciente”, ha recordado la Dra. Salgado.